La Plaza Mayor - Escolios
- Roxana Paola Crisanto Silupú
- 2 oct 2017
- 3 Min. de lectura

La plaza mayor, plaza de la independencia, o plaza de armas como se denomina en la mayoría de las ciudades de coloniales de América, siempre es relacionada a la ciudad, y es que desde siempre se reconoce como el elemento más representativo de estas. La plaza mayor comenzó como un espacio público de cohesión social, de interacción social y cultural, con libertad de uso, que la población sentía propio, donde cada uno conocía perfectamente a todos los habitantes de la ciudad porque los encontraba a cada momento en la plaza, hasta el punto que un extranjero era fácilmente percibido; sin embargo se convirtió, o más bien se utilizó como medio para segregar, sectorizar, dividir, clasificar y discriminar a ciertos sectores de la población; de ser un lugar popular, se convirtió en un lugar privilegiado para cierto sector privilegiado de la ciudad, afianzando más el centralismo, que hasta hoy se mantiene en muchas ciudades coloniales, así todas las instituciones importantes o de poder y los principales servicios se encontraban alrededor de la plaza como una forma de remarcar su importancia como elemento dominante y principal de la ciudad, valiéndose que las personas siempre hemos asociado ideas y los edificios son la escena de acontecimientos históricos o están cargados de significaciones sociales, funcionales, económicas o individuales; pero, servicios, instituciones y poder a los que no todos podían tener acceso. Además a través de la ornamentación, en algunos casos innecesariamente monumental, se restringió el uso de estos espacios públicos, y la diversidad de usos que tuvo en una época se limitó a la de ser un espacio para admirar, más que para usar. Ahora esta postura resulta irónica, ya que actualmente la población privilegiada prefiere alejarse de estos espacios públicos y refugiarse en sus propios guetos y así evitar relacionarse con los sectores menos privilegiados de la población, que por más barreras que se le pongan para alejarlos de las ceremoniales plazas de armas, no se les pude negar el derecho de ciudadano de valerse de ellas.

Otra de las características que resaltan aún más su importancia, son sus características físicas y la forma como se emplaza dentro de la estructura urbana de la ciudad, la forma simple y la simplicidad de la silueta del rectángulo o cuadrilátero facilita que se quede en la memoria de la población, el hecho que siempre esté delimitada por edificios de importancia y poder que a la vez son puntos de encuentro refuerza su dominancia ante la ciudad, a su vez que estos edificios tengan un carácter visual dispuestos de cierta manera que forman una asociación estrecha de visibilidad recíproca; la sensación de un espacio exterior común, el uso de los mismos materiales, bueno por lo menos hasta cierto punto de la historia, porque basta con pasearnos por ciertas plazas por lo menos del Perú para darnos cuenta que el respeto por el contexto y el entorno se ha perdido, y la escala de los edificios que refuerza los jerárquico. La suma de todos estos elementos se leen como una unidad, porque cuando nos referimos a la plaza de armas, por lo menos los piuranos, no solo nos referimos a la plaza en sí, también estamos pensando en la municipalidad, la iglesia, el banco, etc., al igual que cuando nos referimos al centro cuando necesitamos trasladarnos al lugar donde se reúnen los servicios más importantes. Constituye un lugar distinto, inolvidable, que no se pude confundir con ningún otro. Todos los caminos llevan a la plaza, para ubicarse en la ciudad debes llegar a la plaza. Aunque debemos aclarar que si bien en la actualidad la plaza de armas ya no se encuentra exclusivamente en el centro físico de las ciudades por su crecimiento no planificado, en muchas ciudades de origen colonial de américa, aún se encuentran en el centro funcional, donde se reúnen todos los servicios a los que un ciudadano como tal está obligado a acceder.
Kommentare